viernes, 8 de agosto de 2008

De espaldas a mis días


Y volamos en el tiempo
de espaldas a mis días,
rocines, lanzas y peinetas,
siglos de yelmos y pechera,
que marcan a fuego lento
días de fábula y quimera.

Románticos encuentros,
de ademanes ampulosos,
querubines y doncellas,
en danzas misteriosas,
movimientos delicados
de dos bellas mariposas.

Tiempos líricos de ensueño,
zapatitos de cristal,
caballeros de rancia estirpe,
batiéndose a duelo por honor,
con espadachines de bigote,
por el fru fru de las enaguas,
sin pensar en una dote.

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