viernes, 8 de agosto de 2008

Aromas de sal y viento


Imagínate
en un velero,
el foque izado,
y en la mayor,
tensa la driza,
el timón marcando
a sotavento,
inclinado
a doce grados,
y el quillote a
barlovento.

Respira profundo
y siente,
el aroma de la sal
del mar bravío,
el viento,
golpea tu rostro
y te regala,
perfume de flores
que tapizan una isla,
que yace
esperándote
a tres millas,
del blanco y
azul navío.

El galope del velero
entre las olas,
agita tus cabellos,
que lanzan al espacio,
aromas
que delatan
tu presencia,
liberando un
arco iris de
destellos.

Sigue aspirando
el olor de la madera
de cedro rojo del pañol,
que se yergue
enhiesto
en la popa del velero.
Ahora,
cierra los ojos,
imagínate
con quien amas,
recibiendo
esos aromas
embriagantes,
con tu corazón
de libre marinero.

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